Bancaja presenta en la Sala de Exposiciones Glorieta de Sagunto la exposición La Noche Soñada. Juguetes de Época (1900-1970), que muestra una colección de juguetes
, carteles, historietas, material publicitario
y fotografías
retrospectivas de niños con juguetes. La exposición, que permanecerá abierta al público desde el 19 de noviembre de 2009 hasta el 10 de enero de 2010, sitúa al visitante ante una
recopilación de recuerdos y vivencias de épocas pasadas, siempre en torno al mundo del juguete y con la Noche de Reyes como gran protagonista.
Son más de 300 los elementos que integran la exposición
con objetos representativos de infancias pasadas en sus múltiples variedades: sofisticados, sencillos, tradicionales, populares, creativos, costumbristas, educativos, soñadores… en cualquier caso. Las piezas mostradas no sólo reúnen valores nostálgicos, sino también sociales, históricos e incluso monetarios.
La Noche Soñada
pretende mostrar la relevancia social, comercial y mediática de la festividad del día de Reyes, cita en el calendario a la que lleva el recuerdo de los juguetes de la infancia, al menos durante los últimos 150 años en los países de tradición católica. Junto a los juguetes, la exposición ofrece también algunos testimonios gráficos realizados durante las fiestas del día de Reyes y fechas posteriores con fotografías que en la actualidad tienen una gran relevancia documental.
La exposición abarca un amplio periodo, desde 1900 a 1970, mostrando también la evolución del juguete con el paso de las décadas. La vinculación de La Noche Soñada con los recuerdos de distintas generaciones permite que la muestra despierte el interés de los niños, pero también de los más mayores.
El origen de la Noche de Reyes
El mito de los Reyes Magos tiene su origen en la Biblia, donde aparecen mencionados por primera y única vez en el Evangelio según San Mateo. El texto no hace mención al número de majestades ni tampoco a su procedencia. La tradición más ancestral habla de un origen Oriental y de que eran tres sus componentes: Melchor, Gaspar y Baltasar. Una estrella les habría guiado hasta la ciudad de Belén para adorar al Niño Jesús. Eran portadores de tres presentes: oro (que representaba su origen real), incienso (que representaba su naturaleza divina) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, que presagiaba el sufrimiento y la muerte de Jesús). La tradición los describe como reyes bondadosos con presentes para todos, asignándoles un nombre y unos rasgos específicos.
No es hasta la mitad del siglo XIX cuando los Reyes Magos serán representados como portadores de juguetes para los niños. En un primer momento los obsequios que acarrean tienen un marcado carácter práctico. Gaspar era el encargado de los caramelos o golosinas, y también de otros alimentos como la miel y los frutos secos. Melchor se preocupaba obsequiar con ropa y zapatos. Y Baltasar era el garbanzo negro, el responsable de señalar a los niños de conducta irresponsable, a los que obsequiaba con carbón, leña o piedras.
La leyenda más extendida explica que los Reyes Magos, para poder llevar a cabo la labor de entrega de los juguetes, contaban con la ayuda de unos diminutos duendes que les informaban del comportamiento de cada niño. Éstos debían colocar sus zapatos limpios en el balcón la noche del 5 de enero. Y junto a ellos, situar un poco de agua, alguna pieza de fruta y un poco de hierba para aliviar el esfuerzo de los Reyes Magos y el de sus camellos.