El cuadro representa una figura femenina de medio busto vista de perfil, mirando hacia la izquierda. La composición se encuentra muy próxima a los retratos de damas que Manolo Valdés pinta al óleo en varias ocasiones tomando como referencia un modelo sin determinar de la pintura florentina. En el catálogo de la exposición «On paper», que se celebró en la GaleríaMarlborough de Nueva York en 1992, se citan once versiones distintas de esta figura pertenecientes a esta serie de obra sobre papel, todas sin título.

La sensibilidad por el papel ha sido siempre una constante en el trabajo de Valdés, y es frecuente en su producción la combinación de técnicas, las superposiciones o el empleo del collage para referir distintas texturas. Sin embargo, es en 1991 cuando produce las primeras piezas sobre papel en mlas que el collage emula de forma tan clara el efecto de la arpillera, con sus rizos, sus rasgaduras y sus texturas, recursos que, tanto en papel como en tela, aportan corporeidad a la obra. Al año siguiente produce la serie a la que pertenece la obra que nos ocupa, a la que imprime cierto aspecto de
investigación en torno a este modelo de perfil femenino sin definir; esta apariencia refuerza el carácter de boceto que se le atribuye generalmente al papel.

Por otra parte, la encáustica es una técnica primitiva, complicada y engorrosa de trabajar, en la que Valdés probablemente se fija a partir de Jasper Johns. Se ha empleado durante la historia de manera discontinua e irregular, precisamente por la dificultad que entraña la aplicación en caliente de la cera pigmentada. Sin embargo, la sencillez primitiva de los materiales, de gran estabilidad física a lo largo del tiempo, y la maestría requerida en su aplicación otorgan a la técnica un carácter de nobleza que Jasper Johns supo aprovechar en su segunda serie de banderas americanas. El uso de la encáustica en el papel que nos ocupa contribuye a reforzar el sentido de obra plena, frente a la naturaleza de bocetos previos, que Valdés atribuye a esta serie de papeles.