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Garabamanthis, 2010
Ficha técnica
Hay en Uslé, junto con un lírico y un constructor, un humorista jovial a lo Joan Miró. También un amigo de lo teatral, las bambalinas, las máscaras y
los simulacros.
«Garabamanthis», este fue el enigmático título de una de las individuales del pintor en la galería berlinesa de Thomas Schulte, la que tuvo lugar en 2010. Repasando fotografías de esta exposición, observamos que, como es frecuente en él, se trató de una exposición monográfica centrada en un ciclo así titulado de cuadros de muy gran formato, entre los cuales figura el perteneciente a la Fundación Bancaja.
En este cuadro, como en el resto del ciclo, Uslé se manifiesta en plena forma, capaz de hacer coexistir, como si nada, geometría y ornamento, una trama geométrica que tiene algo de textil —o de hule de mesa de cocina— y el grácil y caprichoso baile central de unos garabatos. Cuadro en verdad deslumbrante, al igual que los demás que enseñó Thomas Schulte.
Trama geométrica, decíamos. Hay mucha geometría encontrada en una zona no muy conocida de la producción de Uslé, una zona muy interesante como laboratorio de ideas; sus fotografías, que tardó mucho en exponer, parten estas de realidades que le interesan, realidades casi abstractas: pasillos vacíos, neones, escaparates, persianas, luces vagas… Instantáneas tomadas como al azar, al desgaire, que, de un modo todavía más intuitivo y subjetivo que en el caso de Förg, sirven para entender la rara conexión de este abstracto con lo real, con el mundo en torno.
Siempre esencial, Uslé es capaz de concentrarse en el monocromo, en sus negros minerales, por ejemplo, que a veces remiten a los de Pierre Soulages, y luego en excursos coloristas de la suntuosa brillantez de los Garabamanthis.
Trabajando en ciclos, en series, Uslé asedia una y otra vez un único motivo. Trabajo el suyo que tiene algo de musical, por el lado «variación sobre un mismo tema». Este modo de proceder es muy frecuente en el arte moderno, y en la propia colección de la Fundación Bancaja hay ejemplos magníficos (Federle, Förg, Knoebel, Opie, Scully) de ese arte de la repetición y de la diferencia que encontramos en pintores anteriores tan diversos entre sí como pueden ser Albers, Mondrian, Morandi, Zoran Mušič, Rothko, Yves Tanguy…
El título, con algo de zoológico, es en sí mismo una creación usleiana, pues no existe ninguna mantis, ni ninguna mariposa, ni ningún otro ser vivo que se llame Garabamanthis. Pero hace unas líneas hemos
empleado la palabra garabato, y por ahí debe indagarse la etimología de la palabreja. Efectivamente, asistimos a la entronización del garabato, de su protagonismo en primer plano en estos cuadros diamantinos, pero cuyo fondo es textil, o de hule —material prosaico donde los haya—, por el lado antes apuntado.
Otro título importante de Uslé, este de sabor entre botánico y explícitamente deleuziano, es «Nudos y rizomas». Fue el de la exposición individual que celebró en 2010 en Es Baluard, el museo de arte moderno de Palma de Mallorca, y en la cubierta de su catálogo se reprodujo otro de los Garabamanthis.