Exposición Jarque. Un fotógrafo por el itinerario de Cavanilles

La exposición Jarque. Un fotógrafo por el itinerario de Cavanilles repasa mediante la fotografía de Francesc Jarque las rutas que el geógrafo y botánico Antonio José Cavanilles había transitado dos siglos antes para confeccionar su obra Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del reyno de Valencia, publicada en dos volúmenes en Madrid (1795-1797).

La exposición está comisariada por el historiador Francesc Pérez Moragón y recoge una selección de 42 imágenes procedentes de los fondos artísticos de la Colección Fundación Bancaja. Un abanico que permite contemplar poblaciones y paisajes de todo el territorio valenciano que Jarque captó con su objetivo entre 1995 y 1997, siguiendo con fidelidad y exactitud las huellas trazadas por Cavanilles en el siglo XVIII.

Esta colección de imágenes, promovida por la Fundación Bancaja, permite revisitar los itinerarios seguidos por el naturalista de la Ilustración, nacido en València en 1745 y muerto en 1804 en Madrid, ciudad en la que dirigía el Jardín Botánico, que actualmente conserva sus archivos, biblioteca y colecciones. La publicación, tanto su texto como los magníficos grabados que lo acompañan, ha sido reeditada en muchas ocasiones y constituye una referencia insustituible para conocer en detalle la geografía, la economía, la demografía, la toponimia y otros aspectos de las tierras valencianas, que el autor recorrió para recopilar información entre 1791 y 1793 por encargo del rey Carlos IV. En este trabajo Cavanilles abarca gran parte de las disciplinas técnicas y científicas de la época como la botánica, la agronomía, la geología, la hidrología, la medicina, la cartografía, la arqueología y muchos de los principales campos de la industria.

Las imágenes tomadas por Jarque (València 1940-2016) constituyen un legado documental de gran valor, al que se añade el sentido artístico del fotógrafo, considerado como uno de los profesionales más destacados en su momento. Los 200 años de diferencia entre el viaje de Cavanilles y el de Jarque aportan, además, la perspectiva del cambio en el espacio que ejerce el paso del tiempo, permitiendo observar modificaciones de todo tipo en buena parte de aquellos lugares y hechos que los ojos, las indagaciones y las notas de Cavanilles registraron en el siglo XVIII.