Fundación Bancaja presenta en Sagunto la exposición Michavila. Pintura & Pedagogía. Homenaje a Ximo Michavila 1926-2016. Obra en la Colección Fundación Bancaja, una muestra que reúne una selección de cerca de treinta obras entre óleos, témperas, acuarelas y dibujos pertenecientes a los fondos artísticos de la Fundación Bancaja. La muestra, comisariada por el catedrático de Estética & Teoría del Arte de la Universitat de València, profesor Román de la Calle, con la colaboración de Carmen Michavila, hija del artista y también pintora, revisa y repasa la trayectoria del pintor, desde sus inicios hasta sus últimos trabajos.
Además, la exposición cuenta también con algunos objetos personales del pintor, fotografías del archivo familiar, así como con la proyección del documental Michavila, mestre de mestres, editado por la Universitat de València y en el que se profundiza en la figura del pintor. La muestra, que estará abierta al público hasta el próximo 17 de marzo, pretende rendir un homenaje al legado del artista, pero también al hombre, dando fe del trabajo intelectual que desarrolló, en un camino constante hacia la modernidad.
La exposición recorre las diferentes etapas creativas que forman parte del desarrollo profesional de Michavila: su fase figurativa y de formación (1952-1960), el periodo dedicado a la pintura constructivista (1960-1978) y, por último, su entrega a la abstracción paisajística (1978-1990), intensamente seducido por la visión de la Albufera.
Con motivo de la exposición se va a realizar un taller didáctico gratuito de escritura e ilustración, dirigido a niños de 7 a 11 años, en el que se trabajarán historias ambientadas en el parque natural de la Albufera, que cobrarán vida y dinamismo con los cuentos ilustrados.
Además, se ha editado un catálogo que recoge las imágenes de las obras que forman parte de la exposición y textos de Román de la Calle y Carmen Michavila, además de una entrevista que le realizó el escritor saguntino y amigo del pintor, Albert Forment.
De entrada gratuita, la exposición se puede visitar en horario de martes a sábado, de 17 a 21 h.
Joaquín Michavila
Joaquín Michavila (L’Alcora, 1926 – Albalat dels Tarongers, 2016) fue catedrático de Didáctica de la Expresión Plástica de la antigua Escola Universitària de Magisteri de la Universitat de València, así como uno de los artistas valencianos más relevantes del arte contemporáneo. Formado como maestro, completó sus estudios con la licenciatura en Bellas Artes, ejerciendo la docencia en la Universitat de València entre los años 1966 y 1991. Su actividad docente e investigadora la combinó con una trayectoria artística paralela.
Desde inicios de la década de 1950 su producción pictórica, extensa, experimentó una constante evolución personal y artística que plasmaba sus inquietudes conceptuales y emocionales, convirtiéndose en un referente de la abstracción pictórica valenciana con proyección internacional. Formó parte desde su fundación de los grupos de vanguardia Los Siete, Parpalló y Artes del Arte y estaba considerado como uno de los maestros de la abstracción pictórica valenciana. Realizó numerosas exposiciones en toda España, así como en Roma, Florencia, Basilea, Denver, Sao Paulo, Nueva York, Viena y en las bienales de Alejandría y Venecia. Además, realizó escenografías para obras de Valle-Inclán, Ionesco, Beckett, Brecht, con Antonio Díaz Zamora, con Ana Diosdado en el Maria Guerrero, así como para la ópera «Vinatea» de Matilde Salvador en el Liceo.
En el ámbito universitario dirigió el Departament de Didàctica de l’Expressió Musical, Plàstica i Corporal e impulsó el primer laboratorio de audiovisuales de la Universitat de València, creando un grupo de experimentación denominado Mirall. Académico de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, presidió esta institución artística, de la que fue académico de honor. También fue miembro del Patronato Martínez Guerricabeitia de la Fundació General de la Universitat de València.
Recibió la Distinción al Mérito Cultural de la Generalitat Valenciana, la Medalla de Oro de la ciudad de Valencia, el Premio de las Artes Plásticas, el premio Alfons Roig, la medalla del círculo de BBAA de Valencia, así como la Medalla de la Universitat de València a título póstumo, entre otras distinciones.
En busca de la transformación del paisaje valenciano
La trayectoria profesional de Ximo Michavila se estructura en tres etapas:
- Etapa figurativa incial:
Un joven Joaquín Michavila, siguiendo las preponderantes orientaciones académicas de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, se decanta, en su producción pictórica inicial, hacia bodegones, naturalezas muertas, interiores, paisajes y rincones urbanos. Mientras, más allá de las temáticas habituales, va ejercitándose igualmente en técnicas, procedimientos y materiales diversos. Durante este periodo, es también relevante observar la influencia que pronto ejerce sobre él la concepción muralista.
2. Etapa constructivista:
Su etapa constructivista se basa en el diálogo de las categorías espaciales, formales y cromáticas que hábilmente sabía concebir e integrar en aquellas secuencias pictóricas, tan minuciosamente concebidas, calculadas y cuidadas que dan lugar a sus series. La apuesta decidida de aquel marcado tránsito hacia el dominio autorreferencial de la pintura, de base geométrica, supuso, de hecho, la búsqueda resolutiva de un lenguaje exigente y riguroso, que deseaba intensamente caracterizar como propio. Fue su modo de interpretar el arte normativo, a caballo entre los dominios del arte y de la ciencia.
3. Etapa de abstracción paisajística
La percepción reiterada y directa de la Albufera como inolvidable escenografía en sus vibrantes atardeceres, junto a su obsesión por captar especialmente los reflejos de las aguas en las diferentes situaciones medioambientales llevan a Michavila a ejercitarse pictóricamente con suma riqueza informalista y a elaborar dibujos y ceras de controlada coloración y viva gestualidad. En ese contexto plástico, el verdadero protagonismo –más que el agua o el cielo, que ocuparán ya siempre la mayoría del espacio pictórico–, lo acaban por asumir las franjas habitadas y trabajadas de tierra, colgadas en torno a la línea elevada del horizonte. Franjas que se reflejan sobre la extensión líquida, haciendo las delicias gestuales de la recuperada abstracción informal como palanca de identificación estética de su nuevo lenguaje plástico.