Iberdrola y Fundación Bancaja presentan al público la exposición La Piel Translúcida, compuesta por 85 obras de la colección de arte de la compañía, recientemente galardonada por la Fundación Arco, y que, convertida en itinerante, ha pasado ya por Bilbao, Valladolid y Madrid, para acabar su recorrido ahora en Valencia. Se trata de una cuidada selección de pintura, escultura, fotografía y vídeo que se expone en el Centro Cultural Bancaja. Esta muestra, cuyo comisario es Javier González de Durana, incluye piezas de artistas tan relevantes como Eduardo Chillida, Jorge Oteiza, Antoni Tàpies, Antonio Saura, Antonio López, Gerhard Richter, Robert Mapplethorpe o CyTwombly.
Como novedad, la selección expuesta en Valencia incorpora piezas de renombrados autores como Darío de Regoyos, Ignacio Zuloaga, los valencianos Juan Genovés, Manuel Hernández Mompó, Manolo Valdés, Jordi Teixidor y José María Yturralde, así como de artistas internacionales como Marina Abramovic, Christian Boltanski o Allan Sekula.
La exposición, con acceso libre y visitas guiadas gratuitas -que se pueden concertar a través de www.iberdrola-arte.es, permanecerá abierta hasta el próximo 18 de octubre.
La Colección Iberdrola es hoy uno de los conjuntos artísticos más relevantes de España. En los últimos años, se ha ampliado y reordenado en torno a tres bloques en constante desarrollo que subrayan tres etapas importantes de la evolución de Iberdrola como empresa. Destaca, además, la presencia de piezas provenientes de los entornos culturales en los que Iberdrola desarrolla su actividad, como concreción de los estrechos vínculos que unen a la compañía con las sociedades en las que está presente. El primer bloque de la colección ilustra el nacimiento de la compañía en Bilbao a principios del siglo pasado (1901), con obras de arte vasco de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando la modernidad artística penetraba en nuestro país.
El crecimiento de la compañía y la consolidación de su liderazgo energético en España a partir de mediados del siglo pasado tienen su reflejo en el segundo bloque de la colección, que está formado por obras de artistas españoles desde la década de los 50 hasta nuestros días.
Finalmente, la expansión internacional de la compañía en los últimos años supone la apertura de la colección a artistas internacionales y un nuevo foco en otros medios como la fotografía y el vídeo.
Además de la calidad artística de las obras y la relevancia del autor, el criterio seguido para la adquisición de cada pieza busca que cada nuevo ingreso sirva para crear lazos de relación (estético, formal, conceptual, temático…) con las piezas ya existentes, de manera que se genere un tejido cada vez más denso y rico en matices e interpretaciones.
La selección realizada para su presentación en el Centro Cultural Bancaja aborda dos aspectos paralelos, pero complementarios. En un sentido concreto y real, la dermis como órgano que desde la superficie corporal comunica profundos sentimientos y estados de ánimo. Y en un sentido amplio y metafórico, el arte como piel-signo que esconde un cuerpo-significado que el observador debe desentrañar a la vista de aquella desde su experiencia y conocimiento personales -esto es, desde su propia piel-. En ambos casos no se trata de una piel opaca, sino de otra que permite entrever o intuir las luces emocionales y estéticas que se encuentran al otro lado, incitando a descifrar aquello que (nos) ilumina.
Esta noticia en los medios: