Barca, 1897
Ficha técnica
Esta Barca es uno de los estudios para el cuadro Puerto de Valencia, que Sorolla presentó en la VIII Exposición Internacional de Múnich de 1899 (Internationale Kunst-Ausstellung). La obra fue adquirida por Heinemann, un marchante alemán que la vendió en Estados Unidos, y hoy se conserva en el Cincinnati Art Museum. El cuadro se enmarca en una época —entre 1896 y 1898— en la cual Sorolla, tras pintar La vuelta de la pesca en 1895, encuentra en las escenas de la playa de València su camino en el arte, por medio del cual refleja la vida y el trabajo en el mar. En estas pinturas vemos en primer plano la arena de la playa, plagada de figuras, y al fondo, las barcas faenando. Para componer estas complicadas escenas, el pintor se servirá de numerosos apuntes en los que estudia las formas y las proporciones, así como las luces y el movimiento, y ejemplo de este modo de trabajar es la Barca de la Colección Fundación Bancaja. En el Museo Sorolla se conserva un dibujo de composición del cuadro completo en el cual están representados todos los elementos que plasmará en este; en el dibujo incluso indica, con una línea vertical en el margen derecho, dónde termina la escena.
Con todos estos elementos —dibujo, estudio y lienzo—, podemos establecer cómo ha ido tomando forma el cuadro en la cabeza y la paleta de Sorolla: en el primero de ellos estudia cómo componer la escena, mientras que los cuadros y las tablas de pequeño formato le sirven para resolver aspectos relacionados con la técnica pictórica. Además, cabe resaltar el hecho de que la Barca de la Colección Bancaja no está fielmente representada en el lienzo, sino que ha cambiado de posición, aunque la forma en la que se recoge la vela sobre ella es la misma en ambos cuadros, así como los reflejos que produce el casco de la embarcación sobre el agua. De este modo, el estudio se presenta más como una forma de recordar un motivo en concreto que como algo que repetir literalmente en el lienzo posterior.
Lejos de considerar estos estudios como un mero instrumento al servicio de sus grandes composiciones, Sorolla y sus contemporáneos valoraban estas obras en sí mismas como un reflejo de la maestría del pintor. Por ello, era habitual que, además de formar parte de las grandes exposiciones individuales de Sorolla, este las regalara a otros pintores y amigos. Así ocurre con Barca, que el pintor dedica a su cuñado Luis Moscardó en el año en que se casa con Enriqueta García del Castillo, hermana de la esposa del pintor.