La escultura exenta titulada Chaqueta B (1999) pertenece a un reducido bloque de trabajos escultóricos de Joan Cardells realizados, de manera no usual en su trayectoria, en bronce. De hecho, la mayoría de los trabajos escultóricos de esta serie suelen tener como material el cartón cosido o el fibrocemento laminado (uralita). La escultura erecta Chaqueta B fue pensada y realizada para Bancaja por encargo, junto con otras esculturas más pequeñas, que también produjo en bronce para esta institución. Siendo, sin duda, un material clásico en el campo de la escultura, Cardells
antes únicamente lo había utilizado en algunos murales.

La escultura muestra claramente su oquedad por la parte del cuello de la chaqueta. La pieza mantiene en su superficie, como guiño referencial, la trama industrial de la uralita, a pesar de estar realizada en bronce. Por otro lado, la escultura tiene una incisión triangular muy marcada en el centro del cuerpo de la chaqueta, que forma de este modo una línea con una aguda curva en el centro. Se enfatiza así la línea de abrochamiento. Las mangas, por su lado, están sugeridas, como giradas hacia atrás, y presentan una anchura mayor en la silueta de las partes laterales superiores, subrayando una suave incisión en la unión con el cuerpo de la chaqueta. El cuello, como tal, es un triángulo alargado e invertido, con la parte superior curva.

Tras abandonar Cardells el Equipo Realidad (1966-1976), inicia una etapa personal en la que predominan el dibujo y la escultura, estrechamente conectados entre sí, de manera que cabe hablar de dibujo en tres dimensiones o de escultura como auxiliar del dibujo. Efectivamente, no es viable abordar el estudio del dominio escultórico, conectarlo al campo de su tarea dibujística. La figuración siempre se ha mantenido como referencia en sus trabajos, pero una figuración esquematizada y nunca exenta de formas geométricas. También cabe apelar a una poética de lo artesanal, simplificada y austera en la realización de sus obras. Sin olvidar que, con su alusión al fibrocemento, abre un nuevo camino escultórico con la preponderancia del color gris, la calidad de los planos acoplados, los vacíos interiores, por medio del moldeado de las láminas del material, con las ideas recurrentes de fragilidad, ligereza y vulnerabilidad que emanan de sus obras. Incluso es una clave destacable y elocuente de la excepcionalidad de la propuesta el hecho de que, siendo de bronce, en Chaqueta B se mantengan determinadas referencias a la superficie, las texturas y el comportamiento propio de la uralita.

Las esculturas de Cardells serían inexplicables sin las referencias a los talleres de sastrería y sus patrones como base del desarrollo de los códigos de elaboración asumidos sistemáticamente en los diferentes materiales utilizados. El tránsito del dibujo a las esculturas de cartón cosido y el de estas a las chaquetas y pantalones de fibrocemento o bronce determinan precisamente los apartados de su itinerario. Pero en todo momento entendiendo sus objetos como metáforas de los dibujos. Cardells siempre consideró la pieza Chaqueta B como una escultura de carácter público, y así se halla catalogada en el estudio global existente de su producción, tanto por las dimensiones de esta obra (185 × 143 × 96 cm) como por su ubicación en la entidad propietaria, de fácil acceso. Relevante es asimismo el equívoco que los patrones escultóricos de las chaquetas mantienen con los torsos humanos.

Respecto a lo que podría denominarse Segunda chaqueta B, se trata de una versión de esta en pequeño formato, a manera de bibelot. Se realizaron ciento cincuenta ejemplares. En estos y como elemento diferencial, la línea de la abotonadura delantera de la chaqueta está marcada con un pequeño bulto lineal, a manera de repujado.