Las ediciones ilustradas de la obra de Honoré de Balzac Le chef-d’oeuvre inconnu (1927-1931), publicada en 1931 por Ambroise Vollard, y de Métamorphoses (1930-1931) de Ovidio, hecha por encargo del joven editor Albert Skira y publicada también en 1931, permitieron a Picasso interpretar el mundo clásico: desde las desnudas divinidades hasta los indómitos y violentos caballos. La decisión de Vollard de ilustrar la fábula de Balzac a partir de la búsqueda de lo absoluto por el pintor dio a Picasso la oportunidad de relacionar el tema con sus propias reflexiones o dilemas.

La elección de Picasso como ilustrador de la obra de Balzac fue sin duda un auténtico acierto. Balzac cuenta la historia de un viejo pintor que ha trabajado durante diez años con el fin de plasmar la quintaesencia de la belleza femenina sobre el lienzo; sin embargo, acaba pintando algo insignificante y sin sentido para todo el mundo excepto para él mismo. Consciente de la importancia de la publicación, Vollard trazó un meticuloso plan que tenía también en cuenta la tipografía, el papel y el formato, con la intención de proporcionar el mejor complemento al texto y a las ilustraciones. Del éxito alcanzado da fe el volumen en sí, el cual está considerado uno de los libros más bellos del siglo XX.

De este proyecto editorial, que prologó Albert Bernand, se tienen muy escasas noticias. Se conoce que en 1926 Vollard hizo a Picasso el encargo para ilustrar el libro, y que el artista le remitió una serie heterogénea de planchas de cobre, abiertas en 1927, que no seguían de forma rigurosa la narración de la obra pero que tenían un tema común: el hecho de pintar, el pintor y las modelos. Incluso la que representa la lucha del toro con el caballo se ha interpretado como la lucha entre el mal y la mujer Se hizo una edición de trescientos cuarenta ejemplares numerados: sesenta y cinco, numerados del 1 al 65, sobre papel japón imperial, a los que acompaña una carpeta con una serie de las estampas sobre papel avitelado Rives firmadas con bistre por Picasso; doscientos cuarenta ejemplares, sobre ese tipo de papel, numerados del 66 al 305, y treinta y cinco ejemplares, fuera de comercio, numerados del I al XXXV.

La carpetilla contiene doce estampas de Picasso realizadas en 1927 con la técnica de grabado al aguafuerte, que no van fechadas ni firmadas. De estas doce estampas, más otra estampa a modo de pequeño retablo en la que se recogen las imágenes de las doce estampas mencionadas, realizada el 4 de julio de 1931, se hizo una tirada de ciento siete ejemplares, numerados
del 1 al 99, y ocho fuera de comercio, marcados de la letra A a la H. Cada ejemplar mide 332 × 257 mm y está compuesto por setenta y dos hojas. El ejemplar número 77 forma parte de la Colección Fundación Bancaja.

La parte tipográfica fue impresa el 12 de noviembre de 1931 por Aimé Jourde, y las estampas fueron tiradas por Louis Fort, todo ello en París. Además de las doce estampas de Picasso, el libro contiene en la introducción ilustraciones (dibujos) de Juan-les-Pins de 1924, grabadas sobre madera por Georges Aubert en París. De ese grabador son las sesenta y tres ilustraciones, repartidas entre la cubierta, la portada y el texto, que reproducen dibujos de Picasso. Las ilustraciones correspondientes a las páginas 3, 63, 73 y 91 reproducen dibujos de Juan-les-Pins.