Para la realización de esta pieza, Rafael Armengol tomó en préstamo Venere e Marte, la obra de Sandro Botticelli, temple y óleo sobre tabla de 69 × 173 cm, pintada en 1483 y que se halla en la National Gallery de Londres, una imagen de larga tradición pictórica desde el quattrocento italiano, que representa a Venus, diosa del amor, y a Marte, dios de la guerra.

La relectura y homenaje a la obra de Botticelli de Armengol es un lienzo de 145 × 360 cm de 2004, una estructura en cuatro franjas verticales, pretexto estratégico para representar, con un lenguaje propio tomado de los mass media, el mismo relato histórico que el pintor del quattrocento, pero ya plenamente contextualizado, por sus recursos plásticos, en el momento actual. Por otro lado, una franja horizontal de unos quince centímetros cruza asimismo transversalmente las verticales y se detiene en cada fragmento con la preponderancia de un único color, acentuando así su relevancia y creando una alerta perceptiva inmediata. Se aprecia, pues, en todo ello una clara intencionalidad, y tiene esta el suficiente impacto como para que el espectador se introduzca, sin más, en el juego participativo que el proyecto pictórico le ofrece.

Es característico en la trayectoria de Armengol tomar como referencia obras clásicas y rendir homenaje a sus autores favoritos. Efectivamente, Botticelli ha sido objeto de sus relecturas tanto en 1986 como en 2004. Sus estudios y reflexiones sobre la reproducción de la imagen y el comportamiento del color lo han llevado a adoptar un lenguaje sumamente personal.

El análisis estilístico y formal deberá vincularse directamente con los procedimientos técnicos de su lenguaje plástico. Ahí radica la explicación de la estructura que divide en franjas el cuadro, ya que en cada una de ellas aborda la aplicación de un procedimiento alternativo, fruto de su sistemática investigación en torno a los colores luz (que son aditivos) y los colores materia (que son sustractivos), con sus comportamientosdiferenciados al ser trabajados en el cuadro. El tratamiento de las franjas primera y segunda de la pieza se basa en los colores materia, mientras que el de las franjas tercera y cuarta lo hace en los recursos de los colores luz.

Por otra parte, la presencia de tramas, trepas caladas, cámaras herméticas, aerógrafos, sistemas de reserva y de borrado son estrategias exigidas en el tratamiento, valoración y selección cromáticos. Facilitadas las referencias a la obra de Botticelli en relación con el d’après de Armengol —Venus i Mart, 2004—, en el aspecto iconográfico deberíamos apuntar que el pintor florentino ya se inspiró temáticamente en un sarcófago de los Museos Vaticanos en el cual Baco y Ariadna mantienen poses similares. Además, Luciano de Samósata en sus Diálogos, al describir la pintura histórica de la Boda de Alejandro Magno con la princesa Roxana, centra parte de su ékphrasis en los comentarios sobre los sátiros que los rodean y acompañan. Botticelli concede asimismo protagonismo a estos amoretti/sátiros, que juegan con el yelmo y la coraza de Marte, quien reposa mientras Venus vigila el sueño del adolescente, como ideal de la belleza masculina. Simbolismos (avispas/Vespucci), alegorías neoplatónicas (virtud/matrimonio) y referencias narrativas clásicas hechas mito (el amor vence a la guerra) vienen a coincidir en la propuesta artística del tema.

Consideramos que esta obra de Rafael Armengol podría ejemplificar en sí misma una completa lección práctica de sus estrategias experimentales. Sería una especie de didáctica de la pintura, dado que en la suma de sus cuatro sectores constituyentes se materializa pedagógicamente el conjunto de los procedimientos operativos que han generado sus diferentes lenguajes artísticos.