San Jorge y el dragón

 

Exposición colectiva
San Jorge y el dragón
Amparo Fosati, Eulalia Martínez, Carlos Pérez-Bermúdez, Carmen Sanz y Enric Segarra
Sala Bancaja Abadía. A las 19:30 h
Hasta el 30 de abril
Bancaja-Fundación Caja Castellón

 

La Fundación Caja Castellón-Bancaja presenta el martes 12 de abril una nueva exposición en la Sala Bancaja Abadía, ubicada en la plaza de la Hierba, que recoge la obra de los artistas Amparo Fosati, Laly Martínez, Carlos Pérez-Bermúnez, Carmen Sanz y Enric Segarra. Titulada “San Jorge y el Dragón” es una exposición colectiva de pintura y collages sobre el tema de San Jorge y el Dragón como pretexto cultural, iconográfico y popular. Motivo este que estimula la fantasía creadora de los artistas que muestran sus trabajos en la Sala Bancaja Abadía. “San Jorge y el Dragón” podrá visitarse hasta el 30 de abril de lunes a viernes de 11 a 13.30 y de 17.30 a 21 horas y además, los sábados de 11 a 13 horas.

 

“San Jorge y el Dragón”

El tema de San Jorge para esta exposición colectiva es un pre-texto cultural, iconográfico y popular que sirve  para acogernos a todos bajo un argumento común proporcionando  unidad a la muestra. También es un motivo que estimula la fantasía creadora, que como se sabe, es uno de los motores junto a la tradición antes citada y la intuición para activar la realización plástica. Los mitos son construcciones sociales y culturales que llegan hasta nosotros después de recorrer un largo camino plagado de influencias que se cruzan y se funden a lo largo de la historia. El mito cristiano de San Jorge y el dragón no es una excepción, sino un claro ejemplo de sincretismo religioso que nace en el Antiguo Egipto, que es donde tenemos que encontrar el más puro significado simbólico.
La iconografía de transición entre la antigua religión egipcia y la futura religión cristiana, filtrada por los legionarios romanos de Egipto, que no solo se llevaron a Europa objetos artísticos, sino también una parte de la cultura y la religión del Nilo. Para ir directamente al tema. San Jorge es un personaje simbólico que procede de Egipto y que tiene un valor benéfico y protector. Es la adaptación que se hizo vía Roma de Horus con el arpón, en su barca y a la cacería de la bestia más temible del Nilo, no solo en aquellos tiempos, también hoy en día; el hipopótamo.
En la mitología egipcia esta iconografía representa la lucha entre Horus (héroe religioso y salvador) y Seth, o entre el bien y el caos (el mal). Conceptos fácilmente exportables al cristianismo. En la imagen de arriba, del museo del Louvre, nos encontramos a Horus vestido de legionario romano y montado a caballo con cabeza de Halcón (animal que representaba a Horus), y el hipopótamo ha sido sustituido por el cocodrilo. Actualmente en Egipto podemos encontrar muchas representaciones populares de San Jorge y el dragón, que tienen una fuerte tradición en la iglesia copta. Y no es de extrañar vistos estos ejemplos.

 

La sustitución del cocodrilo por el dragón se produjo en la Europa occidental, al gusto de la época. El dragón representaba al mal, a Satán (Seth), otra adaptación egipcia vía hebrea de lo maligno. Si San Jorge es fuerte y culturalmente aceptado, también el dragón en la actualidad sería políticamente correcto. Difícilmente en una época en la que la cultura visual tiene tanta potencia, gana adeptos día a día y la fantasía y la imaginación desbordan nuestras pantallas, nuestros ojos, nuestra mente , podemos desbancar al dragón como el ganador…un ser mítico y oculto es siempre más atractivo y, sin embargo, la razón contra la sinrazón siempre gana…¿o no?

Desde el punto de vista de la expresión plástica, el artista que se enfrenta al asunto de San Jorge y el Dragón tiene que resolver varios aspectos que afectan a la composición. La relación de contraste es la que predomina  entre los elementos plásticos: Las formas que representan a San Jorge y al Dragón son claramente diferentes, una de las figuras es un hombre vestido de caballero medieval y la otra es un cocodrilo o un dinosaurio. Los colores de tonos puros y luminosos del santo contrastan con los colores grises, marrones y oscuros del animal. Ambas figuras están enlazadas por una dinámica, un ritmo que expresa la acción, que no llega a ser una simetría bilateral, pero que los une el movimiento. Para ser consistente el enfrentamiento entre el hombre y el animal ambos han de parecer igual de potentes, la interacción de sus figuras es una lucha, en la que el dragón ha de parecer temible, aunque finalmente San Jorge resulte vencedor.
 En algunos casos la estructura que ordena el espacio es un relato, una sucesión de imágenes,  una especie de Políptico que tiene algo que ver con un Retablo Gótico o con un Cómic. Los materiales utilizados surgen de la propia naturaleza y nos da la oportunidad de comprender que, por medio de su transformación con reciclados o pictóricos, que discurren por el soporte, podamos llegar a resolver la composición, formando así una simbiosis de resoluciones plásticas cuya finalidad es transmitir un mensaje a la imaginación del espectador.