Bancaja presenta en Alicante la exposición Equipo Crónica y otros coetáneos del Pop Art español. La muestra analiza la huella dejada en España por el movimiento artístico pop a través de una selección de 50 obras, datadas entre 1963 y 2003, pertenecientes a los fondos de la colección permanente de la Fundación Antonio Pérez de Cuenca, museo dedicado al arte contemporáneo nacional e internacional que cuenta con una gran colección de obra gráfica, gran parte de ella destinada al Museo de Obra Gráfica (San Clemente, Cuenca), subsede inaugurada en 2006. Gracias a la colaboración con esta institución, Bancaja inaugura en su Centro Cultural de Alicante esta muestra, que permanecerá abierta al público desde el 9 de septiembre al 1 de noviembre de 2010, cuyo hilo conductor es el grupo Equipo Crónica, junto a la obra de artistas como Manolo Valdés, Alfredo Alcain, Luis Gordillo y Carlos Pazos.
El contenido de la exposición, comisariada por Mónica Muñoz, conservadora de la Fundación Antonio Pérez, se ha articulado en cinco bloques siguiendo el criterio de autores y cronológico. El recorrido de la muestra se inicia con la obra gráfica del grupo valenciano Equipo Crónica (Juan Antonio Toledo, Rafael Solbes y Manolo Valdés), formado en 1964 bajo la tutela del crítico e historiador Tomás Llorens. Un año después Juan Antonio Toledo abandona el grupo, pero Solbes y Valdés continúan hasta la muerte de Solbes en 1981. Tras la desaparición del grupo, Manolo Valdés se traslada a vivir a Nueva York y desde entonces sigue su trayectoria de manera individual. Equipo Crónica solía trabajar por series reescribiendo la historia del arte y las vanguardias, así como la cultura de masas (cine, prensa, publicidad). En los años 60 el término “pop” estaba presente en revistas, radio, televisión y en España este movimiento tuvo su eco artístico, al igual que en EEUU, Francia o Inglaterra, entre otros.
La obra de Equipo Crónica introduce un marcado realismo y asepsia pictórica que hacen que el grupo afirme su propia personalidad y tenga un determinado lenguaje plástico con el que se plantea algunos de los problemas del arte como la perspectiva, el trompe-l´oeil, las postura convencionales, la unificación de tamaños, al igual que figura y paisaje, etc.
Rafael Solbes y Manolo Valdés, antes de la creación de Equipo Crónica, ya estuvieron vinculados al movimiento artístico Estampa Popular de Valencia, en el que comenzaron a practicar las técnicas gráficas que luego tendrían tanto protagonismo en su obra. A lo largo de los 17 años de existencia del grupo, su obra gráfica siempre ha estado perfectamente unida a su obra pintada, tanto con el grabado sobre linóleo, como en la serigrafía o el múltiple. Entendían el grabado como medio de expresión que poseía un contenido y lenguaje en relación con su entorno y lo estimaron por su capacidad como sistema de difusión.
Fue a partir de 1966 cuando Equipo Crónica se centró en la utilización de la serigrafía, utilizada como procedimiento que colaboraba en la labor de desmitificación del arte y como método para mostrar la ambigüedad existente entre la obra de arte y la reproducción. Uno de los rasgos significativos de sus serigrafías fue el intenso trabajo con los tonos negros y grises que utilizaban para equilibrar los colores vivos. Otra de las características a destacar fue la realización de carpetas, generalmente compuestas por cinco serigrafías, debido a la necesidad de sintetizar en los formatos reducidos que ocasionaba el trabajo sobre papel, comenzaron su trabajo gráfico en series reagrupadas bajo títulos como Compositions (1971) o Serie Negra (1972), Alpino (1974) o La Partida de Billar (1977), algunas de las cuales se recogen en esta exposición.
La obra de Equipo Crónica, al igual que la del resto de artistas de la exposición, parte de la capacidad del espectador de saber leer entre líneas reconociendo los iconos colectivos, los gags políticos y las consignas antifranquistas. Alegorías, mitos y símbolos son utilizados por este grupo para plasmar su visión artística del Pop Art.
Tras la desaparición de Equipo Crónica, Manolo Valdés sigue su trayectoria de manera individual y si la técnica más utilizada por él hasta ese momento había sido la serigrafía, va a ir sustituyéndola por el grabado al aguafuerte y resinas con collages. Una de sus primeras obras gráficas individual está fechada ya en 1981, siguiéndole otras muchas como Reina Mariana (1983), que sería uno de sus primeros grabados de esta época, aunque seguirá realizando alguna incursión con la serigrafía, pero dejando muy atrás la esencia de Equipo Crónica. Será, por tanto, a partir de 1991 cuando el grabado con collage sea una constante en su obra.
Otro de los artistas presentes en la exposición es Alfredo Alcain (1936). Su estilo artístico se enmarca dentro del lenguaje del Pop Art, el cual sigue a lo largo de toda su trayectoria. Pero el modelo americano de arte pop, y el que siguió y marcó Equipo Crónica en España, es transformado por Alcain al dotar sus grabados de un carácter más popular y en definitiva un pop más madrileño, entrañable y sentimental. Utiliza una gran diversidad de soportes y técnicas que van desde el cartel, collage e incluso el bordado. Sus obras contienen diversas imágenes o bloques de colores que se unen con el único propósito de constituir una sola imagen y confundir nuestra visión.
Otro bloque de la exposición está dedicado a Luis Gordillo (1934), quien a finales de 1962 empieza a introducir en sus dibujos elementos figurativos automáticos que se intensificarán hasta acercarse al Arte Pop, convirtiéndose en el introductor de este lenguaje en la escena artística española. Pero será un año después cuando aparezca en su trabajo el psicoanálisis, que en definitiva será la esencia de su estética. En 1968 en la obra de Gordillo se comienza a ver un abandono de la figuración pop convirtiéndose en una figuración más geométrica.
Su trabajo gira en torno a diferentes líneas de investigación. Una parte de él explora la importancia de la serie y la repetición como herramienta compositiva. Gordillo considera que una imagen es sometida a un continuo proceso de reproducción, y nunca alcanza un estado definitivo. Quizá sea este aspecto de su obra lo que siempre lo ha mantenido estrechamente ligado al pop art, concretamente al americano. Al igual que la mayoría de los artistas coetáneos, tuvo su incursión en la obra gráfica, aunque en su caso fue más tardía, y las técnicas más utilizadas han sido la serigrafía, litografía y grabado en distintas modalidades.
Coetáneo al movimiento pop, en España, surge la corriente artística conceptual, que toma su protagonismo en Cataluña en los años 60 y 70 con el Grup de Treball al que perteneció, entre otros, Carlos Pazos. Se puede considerar que en apariencia, artistas pop y conceptuales son diferentes ya que unos trabajan con las imágenes y las referencias de los mass media, mientras que los conceptuales también lo hacen pero renunciando al protagonismo del color e incluso a la composición. Visto hoy, parece que ambas corrientes no eran tan distintas.
La obra de Carlos Pazos (1949) ha estado siempre catalogada entre lo conceptual y pop. El propio artista afirma que sus primeras fuentes fueron el pop y el povera, aunque posteriormente su obra estará mucho más cercana al objeto surrealista que al pop purista norteamericano. El pop que interesa a Carlos Pazos procede del derivado de Marcel Duchamp y el neodadaismo, confesándose en la línea de Warhol, Rauschemberg, el nouveau réalisme francés y un arte kitsh lleno de contradicciones.
El cierre de la exposición se realiza con este artista que practica la llamada “estética del silencio” y con su manifiesta voluntad de introducir elementos cotidianos en su peculiar producción.