Finalizan con éxito los trabajos de restauración de la obra “Visiones de España” de Sorolla

Después de cinco meses de trabajo, el equipo de Bancaja y la Hispanic Society of America han finalizado las tareas de restauración de la obra “Visiones de España” de Joaquín Sorolla, que se trasladarán a Valencia para la inauguración del nuevo Centro Cultural de la Entidad a finales de 2007. Ésta será la primera vez que la obra “Visiones de España” podrá ser vista al completo en su país de origen. Si bien, en ocasiones anteriores algunos bocetos de esta colección ya han estado en España.

También es la primera vez que se ha realizado una intervención integral de los lienzos de Sorolla, y se ha llevado a cabo con el máximo respeto a la obra original, a través de actuaciones totalmente reversibles e inocuas, encaminadas en todo momento a mantener la unidad cromática y la correcta lectura de la misma. Estos trabajos han permitido descubrir numerosos detalles ocultos por la suciedad ambiental.

Previamente a la intervención de las obras, un Comité Técnico, en el que ha trabajado el restaurador de la colección privada de Bancaja, Vicente Ripollés, elaboró un informe que determinó las condiciones en las que se encontraban las mismas, y que permitieron evaluar la forma y los medios para desarrollar la manipulación y el traslado definitivo.

Las obras se encontraban en un buen estado de conservación por lo que los trabajos de restauración han estado limitados a limpieza, a excepción de algunos pequeños retoques.

La exposición está formada por 14 lienzos de gran tamaño (casi setenta metros de anchura por tres metros y medio de altura), que fueron encargados en 1911 a Sorolla por el hispanista norteamericano Archer Huntington, para decorar una de las salas de la Hispanic Society, que se fundó a principios del siglo XX con el objetivo de dar a conocer la cultura española en los Estados Unidos. Esta sala, en un principio proyectada para ser una biblioteca, finalmente quedó convertida en la “Sala Sorolla”.

El coste del proyecto asciende a unos dos millones de euros y las obras en su conjunto están aseguradas por valor de más de 100 millones de euros.

Análisis del estado de conservación de las obras

En primer lugar se realizó un análisis de los materiales utilizados por Joaquín Sorolla con el fin de elaborar un informe-diagnóstico del estado de conservación de la capa pictórica, el soporte-tela y los bastidores de los 14 lienzos. En los casos en que éstos se encontraban debilitados en sus extremos, se colocaron bandas o bordes de tela para reforzarlos (siempre reversibles), consolidando el perímetro de la obra, y facilitando con ello el posterior montaje sobre el bastidor.

El estudio de la obra pictórica de Sorolla se llevó a cabo desde el punto de vista del análisis científico, utilizando técnicas analíticas que aportasen información objetiva sobre los materiales utilizados. En este sentido, la Unidad de Arqueometría del Instituto de Ciencia de los Materiales de la Universitat de València (ICMUV) realizó durante una semana los primeros análisis de pigmentos de las obras mediante fluorescencia de rayos-X dispersiva en energía (ADXRF). Se trata de una técnica analítica no-destructiva que no precisa la toma de muestras y que está integrada en un módulo portátil que permite realizar los análisis en el mismo lugar donde se exponen las obras. Los análisis de EDXRF se realizaron en las salas de exposiciones de la Hispanic Society of America, del Museo de Bellas Artes de La Habana (Cuba) y del Museo de Bellas Artes de Valencia, y permitieron catalogar la paleta de pigmentos de Sorolla en una incipiente base de datos usada en la expertización de obras del Museo de Bellas Artes de La Habana, dudosamente atribuidas a Sorolla. Estos análisis aportaron un importante apoyo técnico a los procesos de adecuación y limpieza.

Intervención

El estudio previo determinó el buen estado en que se encontraban las obras. Éstas se han mantenido in situ desde la inauguración de su propia sala en 1926, realizándose periódicamente trabajos de conservación preventiva. Sin embargo, a pesar de este mantenimiento, las pinturas acusaban partículas sólidas y suciedad superficial que se habían ido acumulando de forma inevitable a lo largo de todos estos años. En algunos lienzos se apreciaba la descohesión de la película pictórica en zonas concretas que han tenido que ser intervenidas para evitar daños mayores.

También se observaron viejas intervenciones de carácter puntual en diversas zonas de los cuadros. Éstas se realizaron siguiendo las pautas del taller de restauración de la Hispanic Society of America.

Así pues, se decidió llevar a cabo un trabajo de eliminación de la suciedad superficial así como una limpieza más profunda mediante procedimientos no agresivos. Utilizando en todo momento soluciones enzimáticas y disolventes de muy escasa penetración y elevada volatilidad. Para ello, después de consolidar los soportes, se procedió a eliminar las diversas capas de cera aplicada a modo de consolidación en anteriores intervenciones. A continuación se limpió la película pictórica y, posteriormente se realizó el estucado de las faltas de pintura y la reintegración cromática diferenciada de las faltas.

Por último, para el acabado final, se decidió no aplicar ningún tipo de barniz con el fin de respetará el estado primigenio de la obra, ya que Sorolla nunca llegó a barnizarlas.

Descubrimiento de detalles ocultos

Los trabajos de restauración han permitido descubrir numerosos detalles ocultos hasta ahora como consecuencia de la suciedad ambiental acumulada y los restos de cera pictórica. Tras la eliminación de ambos, los restauradores han podido comprobar la luminosidad y brillantez de los colores utilizados por Sorolla, y la existencia de varios centímetros de pintura original oculta en los bordes laterales de dos de los fragmentos que componen el panel “Castilla. La fiesta del pan”. Asimismo, después de la limpieza de los cuadros, se pueden apreciar con mayor perceptibilidad entre otros muchos detalles, un personaje subido en los alto de una palmera en la pintura “Elche”, o el humo del cigarro del personaje a caballo que se encuentra a la derecha del panel “Sevilla. El encierro”.

La restauración ha permitido saber también que los lienzos de tela industrial tienen diversos grosores, que la tela de “Sevilla. Los toreros” fue preparada artesanalmente o que los bastidores están hechos de madera de pino del norte de Nueva York y no han sufrido ningún ataque de insectos xilófagos.

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