Fundación Bancaja presenta en Sagunto la exposición Protagonistas. Centro Ocupacional San Cristóbal

Fundación Bancaja presenta en Sagunto la exposición Protagonistas. Centro Ocupacional San Cristóbal, una nueva propuesta cultural que cuenta con la colaboración de Saggas y que se podrá visitar en la Sala de Exposiciones Glorieta hasta el próximo 28 de mayo. La muestra reúne una selección de 100 fotografías realizadas por María Martínez Marco y Jorge Miguel Jaime que reflejan el día a día de la asociación y algunos objetos como cerámicas, objetos de barro o cestas de mimbre, que realizan en el centro, entre los que destaca el tradicional colcho saguntino, objeto típico de Sagunto que elaboran los usuarios del Centro Ocupacional San Cristóbal. Además, el montaje cuenta con un audiovisual sobre la vida e historia de este espacio, realizado por Ramón Ortiz.

La exposición introduce al espectador en las rutinas y la actividad diaria que se realiza en este centro ocupacional. El recorrido se estructura en los siguientes contenidos: el verano al aire libre; el colcho saguntino; las fiestas (Sant Antoni, Fallas y Carnavales); el deporte; otros talleres y artesanías; y la vida cotidiana.

Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo que recoge las fotografías que forman parte del montaje expositivo, textos explicativos y un apartado dedicado exclusivamente al origen, producción y restauración del colcho y la colcha saguntinos, con textos del monitor Javier Latorre Morado.

La muestra se puede visitar en la sala de Exposiciones Glorieta de Sagunto con entrada gratuita y en horario de martes a sábado, de 17 a 21 h. Toda la información sobre la muestra se puede consultar en la web www.fundacionbancaja.es.

 

Centro Ocupacional San Cristóbal

El Centro Ocupacional “San Cristóbal” de Sagunto (Valencia), dirigido por Pedro José Rubio Miguel, depende de la Asociación Comarcal Protectora del Disminuido Psíquico “Virgen de los Desamparados”. En la actualidad atiende a 56 personas con discapacidad psíquica de la comarca del Camp de Morvedre, con distintos niveles de inteligencia, autonomía personal, autonomía social y capacidad manipulativa. En el centro se desarrollan varias actividades laborales y se organizan talleres vinculados con dichas actividades: taller de reciclaje, taller de jardinería, taller de cestería, taller de ceramica y taller de colchos. En este último taller se desarrolla toda la actividad relacionada con los colchos saguntinos, desde su proceso completo de fabricación, almacenaje y venta hasta la restauración. El taller está formado por trece chavales con discapacidad, ayudados y atendidos por dos monitores.

 

El colcho saguntino

El colcho saguntino es un utensilio similar a un botijo. Tiene su origen aproximadamente en el siglo XVIII. Los primeros ejemplares estaban hechos con la corteza de un tronco de alcornoque no demasiado grueso al que se ajustaban un par de tapaderas, perforada una de ellas para dar paso a una caña suficiente para saciar la sed en la bebida “a trago”. Estos colchos primitivos eran elaborados de una manera muy rudimentaria y se daba prioridad al aspecto funcional. Con el tiempo, el aspecto decorativo cobra mayor importancia y mejoran también los materiales para su elaboración. El cambio fundamental es el uso de metal, que permite la decoración del botijo a través de la grabación a buril. La producción de este objeto, que alcanzó su popularidad a finales del siglo XIX y mediados del siglo XX, cae en desuso en la década de los sesenta con la desaparición de talleres que se dediquen a su fabricación. Por ello, el Centro Ocupacional San Cristóbal asume el compromiso de mantener viva esta artesanía con un equipo dedicado exclusivamente a la elaboración del colcho actual.

El colcho saguntino actual es un cilindro de corcho, con tapones a ambos lados, abrazado por dos aros de metal en los extremos en los que se practica una grabación decorativa. Estos aros se unen por la parte superior mediante un asa, también metálica. En la zona central del corcho se disponen varias placas metálicas: una situada en el centro y horizontalmente (cuya finalidad es posibilitar el grabado de datos), y tres circulares, situadas sobre la central y a un mismo nivel. De estas tres placas, la del medio posee un pitorro de cuyo tapón parte una cadeneta que se une al círculo derecho. De la otra placa circular, situada a la izquierda, surge otra cadeneta que se une con el tapón de otro pitorro, mayor que el anterior, y que está situado en la parte superior del botijo. Por último, y a ambos lados de este pitorro, de boca más grande, se sitúan otras placas metálicas estrechas que, a modo de grapas, consiguen la unión del corcho en la parte superior. Existen dos tipos de botijos que se distinguen por la posición en la que se presentan. En el caso de que sea horizontal, recibe el nombre de “colcho” y se le añaden unas patitas en la parte inferior de los aros metálicos con el propósito de que sirvan de apoyo. En el caso de que el botijo se muestre en posición vertical, descansa sobre una de las bases del cilindro y pasa a denominarse “colcha”.

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